Friday, June 22, 2012

La evolucion y el neonato

Segmento traducido de 
Bipedalism and human birth: The obstetrical dilemma revisited 
  • Karen Rosenberg
  • Wenda Trevathan

  • El parto y el recién nacido
    Poco antes de nacer, el feto se sitúa en posición invertida, con la cabeza en la parte superior de la pelvis (formada por las alas ilíacas y denominada pelvis mayor o pelvis falsa). Durante el parto, el feto a término tiene que atravesar la parte inferior de la pelvis (conocida como pelvis menor o verdadera) por un conducto de paredes óseas que recibe el nombre de cavidad pélvica o canal del parto. Entre los chimpancés, gorilas y orangutanes el parto es fácil y rápido, porque el canal del parto es grande en relación con el tamaño de la cabeza del feto. En estos monos antropomorfos la entrada al canal del parto (llamada estrecho superior o entrada de la pelvis) tiene forma ovala­da, con su diámetro mayor dirigido de delante hacia atrás (orienta­ción sagital o anteroposterior, se dice en anatomía), y su diámetro menor orientado transversalmente (de lado a lado). Como hemos visto, la modificación de la arquitectura de la pelvis necesaria para hacer posible la


    locomoción erguida aproximó las articulaciones del hueso coxal con la columna vertebral y con el fémur; en consecuen­cia, se acortó el diámetro sagital del canal del parto, y ésta es la causa de que existan complicaciones para dar a luz en nuestra especie.
    En las mujeres la entrada al canal del parto no tiene forma ovala­da, sino que es más bien redondeada . El diámetro máximo del estrecho superior no es el sagital, sino en ocasiones el transversal y las más de las veces ni el sagital ni el transversal, sino los dos diámetros oblicuos o diagonales. Por otro lado, la cabeza del feto a término es alargada, es decir, que su máximo diámetro es el antero­posterior (de la frente a la nuca). La posición de la cabeza del feto se acomoda al mayor de los diámetros del estrecho superior; es decir, generalmente a cualquiera de los dos oblicuos. Como la mayor dimensión a la salida del canal de parto es siempre la sagital (en los humanos y en los demás primates), el cráneo y los hombros del feto  humano tienen que entrar en el canal del parto con una orientación (transversal u oblicua) y salir con otra (sagital). O sea, que hay una rotación dentro del canal del parto tanto de la cabeza como, más tar­de, de los hombros
    Para complicar más las cosas, en nuestra especie la vagina está dirigida hacia delante, formando un ángulo recto con el útero, por lo que el feto a término al pasar por el canal del parto no describe una trayectoria rectilínea, sino una curva muy pronunciada que termina inmediatamente por debajo del hueso púbico, por donde emerge la cabeza del neonato. Para acomodarse a esa trayectoria curva, la columna vertebral del feto se arquea, flexionándose mucho la cabeza hacia la espalda y presentando al nacer la coronilla, es decir, con la cara mirando hacia atrás (en sentido contrario a la madre). En las hembras de los demás primates la vagina tiene la misma dirección que el útero, con el que está alineado, y el feto a término describe en el parto una trayectoria recta dirigida hacia atrás; por otro lado la cara del neonato mira hacia delante (en el mismo sentido que la madre). En resumen, el parto en nuestra especie es ventral, y en el resto de los primates el parto es dorsal.
    Karen Rosenberg y Wenda Trevathan han llamado la atención sobre el hecho de que entre los simios la madre puede ayudar a nacer a su hijo, guiándolo en el parto con las manos, limpiándole la nariz y la boca para que pueda respirar mejor y liberándolo del cordón umbilical si es que éste se le enreda alrededor del cuello. El parto en los primates es un hecho solitario, sin ayuda ajena. Sin embargo, en nuestra especie la madre no puede ver la cara del neonato porque éste mira en dirección contraria, y cualquier intento de tirar de él podría, dada la posición de extrema flexión dorsal de la cabeza, ocasionarle daños en la médula espinal. Eso hace que en todas las culturas las mujeres busquen asistencia en el momento del parto; el parto huma­no es una actividad social, más que un
    más que un comportamiento solitario.

    Puesto que la cabeza es la parte del cuerpo que suele abrirse paso a través del canal del parto, puede verse afectada por el traumatismo del parto. El cráneo del bebé está formado por varios huesos independientes que a la larga se acabarán fusionando. Esto permite que la inmensa cabeza del bebé se deforme ligeramente al pasar por el estrecho canal del parto sin provocar lesiones ni en el bebé ni en la madre.
    La cabeza de un bebé nacido por parto vaginal a menudo presenta algún grado de deformidad o moldeamiento, que es cuando los huesos del cráneo del bebé se deforman y se superponen parcialmente, haciendo que la parte superior de la cabeza del bebé tenga una forma alargada, abombada, ovalada o, incluso, “apepinada”. Este aspecto, que a veces puede resultar chocante, irá desapareciendo a lo largo de los primeros días de vida, a medida que los huesos del cráneo del bebé se vayan redondeando. La cabeza de los bebés que nacen por cesárea o de nalga

    (con las nalgas o los pies primero) generalmente no presenta moldeamiento.
    Y esta capacidad de nacimineto del bebe , lo que hace que a pesar , de que la criatura humana , nazca menos desarrollada aun inclusive que los chimpanzes , pueda desarrollar a travez de su vida un crecimeinto superior o mayor del cerebro , pero por supuesto con un desarrollo mas lento que el resto de la naturaleza , por lo que necesita el bebe humano de una atencion mejor por adultos mas racionalizados .